jueves, 7 de octubre de 2010

La luz blanca

Despertó, sonrió y la miró. Le dió los buenos días, la besó, y la luz volvió a ser blanca. Después de tanto tiempo buscándola se dió cuenta de que quizás hasta ahora, no había ido por el camino correcto. Que la luz que tanto deseaba no estaba en ninguna web ni en ningún libro. Había recorrido centenares de lugares y de sitios. Había removido cielo y tierra. Le había preguntado a todos sus amigos. Ningún tipo de señal, ninguna pista. Nada.
Un buén día, desesperado y a punto de abandonarlo todo, se acostó y en unos segundos, se durmió. Al día siguiente despertó, sonrió y la miró. Le dió los buenos días, la besó, y la luz volvió a ser blanca.

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